miércoles, agosto 26, 2009

TRAILER: INCEPTION





Seguro que el título Inception os dice poco a la mayoría de los PulpoManíacos. Pero si os digo que es la siguiente película de Cristopher Nolan, el talentoso cineasta detras de El Caballero Oscuro y Memento, seguro que ya ponéis más interés.

Y si tenemos a Leo DiCaprio y a Cillian Murphy en el reparto, la cosa todavía promete más.


Eso sí, no os emocionéis mucho que se estrenará en el verano del año que viene, así que todavía queda esperar. De hecho, poco se sabe de la historia a día de hoy, aparte de que se incluye en el género de la ciencia-ficción y que ahondará en "la arquitectura de la mente humana".


Como dato adicional, parece que ser que Nolan probará nuevos prototipos de cámaras IMAX que luego podría utilizar en la siguiente película de Batman. Y si experimentar el comienzo y la persecución de El Caballero Oscuro en una sala IMAX ya era acongojante, ni me quiero imaginar cómo sería toda una película así...



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TRAILER: ZOMBIELAND





¿Fue Danny Boyle quien dió nueva vida a los no-muertos con su excelente 28 Días Después? No estoy seguro, pero desde luego los últimos años han supuesto una nueva edad de oro para los zombies.


Muestra de ello es que este mismo octubre vamos a tener ración doble de comecerebros: por un lado la esperada secuela de REC y por otro está divertida Zombieland. Y si sale el bueno de Woody Harrelson, mejor que mejor. Sobretodo si su meta es buscar el último pastelito Twinkie del mundo. Sí, ése que debe ser el equivalente a nuestro Círculo Rojo. En serio.



Como mínimo, lo que muestra el trailer es prometedor. Y aunque no se sepa casi nada de su director Ruben Fleischer y la mezcla humor-zombie ya se haya visto mil veces, he de decir que su gracia tiene... Así que otra pa la saca en octubre.




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sábado, agosto 22, 2009

PELÍCULAS: AVATAR DAY



Una de las películas más ambiciosas de los últimos años está a escasos meses de estrenarse en la pantalla grande... Pero hasta ahora su director y creador, James Cameron, ha mantenido en vilo a los fans, que sólo podían imaginarse cómo sería su vuelta a la ciencia ficción tras casi veinte años.


Bueno, pues Avatar ha asomado ya la cabeza en todo el mundo en cines selectos para que unos pocos espectadores se zambuyeran en el planeta Pandora durante 16 minutos. Y PasionPulp no se lo podía perder.



James Cameron es uno de los cineastas con más éxito de todos los tiempos (no en vano, Titanic, su último film, sigue siendo el que tiene una mayor recaudación a nivel mundial), pero no es su efecto en la taquilla lo que hace que los que amamos el cine y la Ci-Fi le tengamos tanto aprecio. Lo que hace que Cameron despierte tantas pasiones es su pasión e inventiva a la hora de crear historias y mundos en los que nos gustaría perdernos o en los que nos aterraría vivir; y por si fuera poco, también es una de los mayores impulsores de nueva tecnología para implementar en las películas, siempre que sirvan como herramientas para ayudar a la narrativa.


Avatar lleva 14 años en el tintero, con varios esbozos de guiones que pueden encontrarse por la web, y desde el comienzo se trataba de una película tan ambiciosa, tan gigantesca, que en el momento que la ideó, Cameron se dió cuenta de que era imposible hacerla debido al dinero y la tecnología que requeriría. Pero fue el contemplar al personaje de Gollum en la trilogía de El Señor de los Anillos lo que convenció a Cameron de que ahora era el momento; eso, junto a los nuevos avances en 3D estereoscópico, fueron los hitos que el cineasta canadiense necesitaba.


Pero el film se ha mantenido en el más oscuro de los secretos (por mucho que fuera relativamente fácil conseguir el guión), por lo que es normal que mucha gente espere esta película con tantas ansias, ya que no sólo es la vuelta de Cameron, si no que éste mismo ha prometido que será un punto y aparte en la historia del cine. Tanta espectación está corroyendo a medio mundo (o por lo menos a medio internet), y tras varios meses en los que el director de vez en cuando soltaba una declaración en la que prometía que Avatar iba a ser especial, por fin, el día 20 se lanzó el primer trailer.






Un teaser Trailer precioso, la verdad, pero no exento de ciertos "fallos" que luego comentaremos. Aunque el ritmo y el tono son de lo mejorcito que se ha podido ver en trailers últimamente, lo cierto es que montones de internautas ya están poniendo el grito en el cielo, sacando de quicio ciertos defectos antes de ver siquiera el montaje en una pantalla grande con 3D como propiamente se merece. Menos mal que el día 21 asistimos a una de las salas preparadas para el Avatar Day.


Ahora un servidor se dispone a hacer una descripción y análisis de lo que pudimos disfrutar en ese pase de 16 minutos de escenas, por lo que si queréis seguir virginales a la obra de Cameron hasta que ésta se estrene el 18 de diciembre, bueno, lo mejor es que no sigáis leyendo. Si por el contrario, estáis deseosos de saber más, aquí os dejo los detalles de lo que vimos. En este caso no debéis temer mucho, ya que aunque las escenas son un buen adelanto de la película y sirven para hacerse una idea de cómo va a ser, no contiene ningún spoiler real.


El montaje comienza con una breve introducción por parte de Cameron, comentando cómo se ha pasado la última década buscando la forma en que hacer su película, así como explicando ligeramente la premisa de la historia. Estamos en Pandora, un planeta en el que al parecer hay un valioso mineral que los humanos buscamos. Por supuesto, existe una raza alienígena local (estas dos palabras no deberían ir juntas, ¿verdad?), que aunque más primitiva, evita continuamente que los terrestres espoliemos sus tierras. Para adentrarse en su mundo y no sufrir debido a carencias propias de nuestra raza, se han construido mediante ingeniería genética unos "avatares" o encarnaciones híbridas entre la raza nativa de Pandora, los Na'vi, y los seres humanos, en los que estos pueden introducir su conciencia.


En la primera escena, un militar de pelo canoso con una cicatriz de un zarpazo en su cabeza describe a sus soldados cómo son los aguerridos Na'vi y lo peligrosa que es la fauna y la flora del planeta al que van a descender, mientras que el protagonista, Jake Sully (interpretado por Sam Worthington, Marcus en Terminator Salvation), contempla a los marines en su silla de ruedas. Acto seguido, Jake es introducido en una capsula supervisado por la doctora Grace (Sigourney Weaver, que repite con el director), mientras ésta le explica al tullido ex-soldado que le van a hacer una transferencia de conciencia a su avatar. La escenografía en esta película recuerda fuertemente a la que el mismo Cameron utilizaba en los interiores de la nave en la que estaban los marines en Aliens El Regreso, sólo que en este caso hay situados como una docena de pantallas de ordenadores de pantalla transparentes (a lo Minority Report) en los que se aprecia la información cerebral de Jake. El efecto estereoscópico en las pantallas es alucinante, ya que los diagramas que aparecen en ellas son lo más parecido a hologramas en imagen real que haya contemplado en una película.





Una vez que Jake es encerrado en una de esos cilindros, aparece un largo túnel de colores por el que nos introducen como para simbolizar el nueva "nacimiento" del personaje, esta vez despertándose como una criatura azulada de cuatro metros. La secuencia en sí está muy bien realizada, viendo en primer lugar las caras de los médicos en primera persona y luego pasando a ver las manos azules como si fueran nuestras, yendo del borroso a verlas nítidamente. El plano en el que se contempla a Jake sentado en la gigantesca camilla recuerda a un jugador de la NBA en una enfermería, sólo que en este caso es azul y con cara de felino. La captura de movimiento que se ha utilizado es quizás la más avanzada que se haya visto hasta la fecha, dotando de expresiones y gestos reales al personaje. La animación también está muy bien conseguida, y cuando el "recien nacido" Jake comienza a andar con sus nuevas piernas, la sensación de peso es genial, sobretodo cuando se disfruta en estereo 3D. Lo que quizás no me acaba de convencer es parte del diseño del personaje: el acabado en las texturas multiplica su foto-realismo en el cine respecto al trailer, porque se pueden observar los poros de la piel y los pequeños movimientos de los músculos por debajo de ella, pero el color azul y sobretodo los grandes ojos amarillos y felinos son los que hacen que uno piense que no estamos ante un personaje real si no ante uno propio de la animación.





Eso sí, aunque sigo teniendo reservas en cuanto al diseño de los Na'vi, los siguientes minutos hicieron que me olvidara de ello. Ya en la selva de Pandora, exquisitamente creada y realista aunque en principio no muy diferente de lo visto en King Kong de Peter Jackson, los personajes se enfrentan a las primeras criaturas que pueblan el mundo alienígena. Los animales en sí mismos también recuerdan a lo visto en otras películas (en especial a la ya mencionada King Kong, aunque también en El Señor de los Anillos y Star Wars), aunque en este caso parecen más híbridos entre criaturas que vemos en la Tierra. El primer "monstruo" es una especie de triceratops con una nariz de tiburón martillo que posee unas velas de colores tras el cráneo, mientras que el segundo, llamado Thanator, es como un león anfibio de color oscuro. Está claro que hay cierta imaginación a la hora de crear estas criaturas, pero de alguna forma no suponen nada nuevo para el que suscribe. Ademas, siguen asaltándome ciertas discrepancias de diseño, como la piel brillante como plastificada que tiene el Thanator. Precisamente es ese tipo de texturas las que hacen que el espectador piense que son CG (computer generated), no reales, y la falta de suciedad o heridas de batalla que tan bien quedaban en los animales de King Kong parecen no existir en Pandora. Este aspecto impoluto creo que hace algo menos creible el mundo ideado por Cameron, aunque en los pocos minutos que dura la escena tampoco se puede decir que lo haya apreciado como debería.


Pero hay otro defecto en esta escena de acción que me preocupa más: los barridos. Las escenas anteriores, al ser planos largos y tranquilos potenciaban al máximo el efecto estereoscópico, también gracias a la acertada realización de Cameron; pero cuando el thanator persigue a Jake, el indice de inducción de mareo en la sala se disparó a las cotas más altas. El efecto 3D tiene el fallo de que en las panorámicas o barridos, cuanto más largas son, más emborrona la imagen, por lo que el espectador es capaz de perderse la acción o incluso marearse. En este caso, aunque el movimiento de cámara no se parecía en absoluto al estilo de Greengrass en las películas de Bourne, las imágenes se ponían más difusas de lo que debería. Ya en casa, al comparar ciertos planos que son iguales en el trailer, he podido comprobar que en 2D es más fácil seguir a los personajes y lo que hacen. Aún así, puedo constatar que el efecto estereo 3D es el mejor conseguido desde Beowulf y Monstruos contra Alienígenas, con ramitas de la selva en distintos planos y casquillas de bala que saltan de la pantalla.


La siguiente escena nos presenta a Jake separado de sus compañeros e intentando hacer una hoguera en la oscura selva. Un animal parece ser atraido por el fuego y Jake, antes de poder defenderse, es salvado por una Na'vi llamada Neytiri (Zoe Saldana, Uhura en Star Trek de Abrams). La animación, la iluminación y las expresiones de los personajes son, de nuevo, de lo mejorcito, aunque siguen sin tener ese aspecto desgastado que tan buenos resultados han dado a personajes foto-realistas como Davy Jones en Los Piratas del Caribe. Una vez que Jake le agaradece a Neytiri lo que ha hecho, éste le sigue hasta un paraje de la jungla cuyas plantas son fluorescentes, dotando de un aspecto casi submarino a la selva. Esta escena era particularmente bella por los colores y distintos elementos que aparecen en profundidad en pantalla, aunque no creo que me equivoque mucho al pensar que habrá muchos detractores que digan que es una de las imágenes más irreales del film. Aunque bien visto, quizás ése es el cometido de esta escena.


La última de las secuencias que se proyectaron, nos mostraba a un Jake que ya se ha "convertido" del todo en un Na'vi más, en este caso cambiando su ropa de explorador por taparrabos, colgantes y abalorios, además de pinturas de guerra en la cara y el cuerpo. También podemos observar a varios Na'vi más de la tribu, que resultan una mezcla entre los masai y los indios americanos. La misión de Jake será escoger su propio leonopterix, una especie de reptil volador de cuatro alas y brillantes colores. Para ello, tiene que ir a su nido y ver cuál de ellos quiere matarle en lugar de salir volando, y una vez que pelee con el monstruo, montarlo y volar junto a él para sellar el vínculo. Tras la frondosidad de la selva de la escena anterior, que casi resultaba claustrofóbica, se nos presentan entornos abiertos, ya que los leonopterix anidan en gigantescas rocas que se sostienen "mágicamente" en el aire. La acción es más agradable en este caso, aunque sigue teniendo problema con los barridos, y resulta impresionante una vez que el animal alado se avalanza al vacio con Jake a sus espaldas.


Tras ver cómo Jake consigue domar a la criatura, comienza una serie de imágenes que ya aparecían en la segunda mitad del trailer junto con algunos planos nuevos. Cuando el montaje acaba, el título de la película surge del negro seguido de "Diciembre". La gente quedó un par de segundos en silencio y luego comenzó a aplaudir moderadamente.





Es difícil hacer un veredicto de una película entera tras ver unos escasos 16 minutos, pero desde luego se puede afirmar que Avatar va a ser una película mastodóntica. Sus efectos especiales no van a romper ninguna barrera y a no ser que cambie mucho el tema en lo que no hemos visto, tampoco van a resultar revolucionarios. Eso sí, la escala que propone la historia y la imaginería que la va a poblar va a ser del más alto nivel, y aunque el diseño no resulte nada sorprendente, podemos estar seguros de que Pandora va a ser un mundo rico en criaturas y paisajes mágicos. Lo que queda ahora es que Cameron dé la talla en la historia que quiere contar, ya que con lo poco que se ha visto y que personalemente conozco de la historia, sólo tiene pinta de ser una mezcla entre Bailando con Lobos, Pocahontas, King Kong y Ferngully (sí, esa peli ecologista de dibujos animados). La trama no da mucho lugar para la imaginación y una puede prever muchas cosas, pero en las dos horas y media que va a durar Avatar hay tiempo también , espero, para muchas sorpresas.


Sólo queda esperar hasta las Navidades para responder a todas nuestras dudas. Mientras tanto, habrá que permanecer tranquilos ante lo que Cameron nos mostrará, ya que la desmesurada anticipación que tienen muchas personas por esta película sólo puede hacer daño. Confiemos en que Cameron nos regale como ya ha hecho antes, una estupenda película de Ciencia Ficción con una historia a la altura de los clásicos que nos ha dejado.

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jueves, agosto 20, 2009

TELEVISIÓN: SCHWARZENEGGER EN JAPÓN



Érase una vez que se era, un enclenque niño austríaco que un día decidío ponerse a hacer pesas y que acabó siendo Mr. Olympia, y que después de eso se convirtió en una de las estrellas más grandes del cine de acción.


Y justo cuando el Sr. Schawarzenegger (siempre dudo al escribir este apellido) estaba en su época dorada, los contratos para hacer todo tipo de servicios en los que tuviera que enseñar su cuadriculada pero sonriente cara se contaron por cientos. Que digo cientos... ¡Miles! Y cuando uno es tan famoso ocurre lo inevitable...


Llega la hora de hacer spots publicitarios en la tierra del Sol Naciente. Como si no fueran frikis por esos lares...


Aquí tenéis nada más y nada menos que 10 minutos con 36 segundos de anuncios protagonizados por nuestro querido Chuache, a cada cual más maravillosamente japo. Y con la palabra "japo" me refiero a estilístico, hortera, exagerado y sobretodo ridículo. Aunque en su momento hubiera un contrato por el cual los publicistas se comprometían a que estas "obras de arte televisivas" no salieran de su isla, hoy, gracias a la "alucinancia" tan propia de internet, tenemos el privilegio de disfrutar de cada uno de estos montajes. Lo dicho, una maravilla.







¿Cómo se os queda el cuerpo? Por cierto, ¿no se parece mucho ese señor al actual gobernador de California?

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viernes, agosto 14, 2009

REVIEW: UP


Un año más y Pixar sigue sin abandonarnos a nuestra suerte en esta calurosa época estival. Y encima, en esta ocasión supone la primera vez que estrenan en formato 3-D (o estereoscópico, para los más techies).


Normalmente, uno puede estar tan seguro de la calidad de una película de Lasseter y compañía, que no hacen falta reviews para Films como Up. Pero como siempre hay muchos de vosotros que piden pulgar arriba o abajo, aquí está uno para aclarar las cosas.


Ya han pasado como tres semanas desde su estreno, es cierto, pero su trabajito me ha costado llegar a reunir todo lo que se siente cuando se ve esta película…


Igual que he puesto arriba que es más fácil tener fe en la satisfacción que una nueva producción de Disney Pixar nos va a proporcionar que en la propia existencia de Cristo (lo que le gusta blasfemar a uno), también hay que decir que normalmente son difíciles de clasificar entre ellas mismas. Esto ocurre porque desde que el propio Lasseter dejara a otros de sus hombres de confianza dirigir las películas del estudio, se ha notado una gran riqueza y heterogeneidad en cada uno de los films, producida sin duda por la diferente sensibilidad de cada uno de estos directores. Pete Docter, Andrew Stanton y Brad Bird son los cineastas que han multiplicado el éxito de la compañía de Steve Jobbs desde que Lasseter pasó la batuta tras Bichos. Y no es de extrañar; ejemplos como Monstruos S.A., Buscando a Nemo o Los Increíbles son maravillas de la animación que creo que han marcado a millones de espectadores, ya sean niños o adultos, y que además han dejado huella en los profesionales que han venido después y se han apuntado al mundillo de la animación en particular y del cine en general.


Por eso, está claro que los de Pixar tienen una fórmula mágica para encantar al espectador, aunque al contrario de la receta de la Coca-Cola, aquí no hay ningún secreto. Desde que el triunfo de Toy Story devolviera la vida a una moribunda Disney que se quedaba sin ideas, John Lasseter ha funcionado como una especie de Gurú que ha potenciado claramente el aspecto tecnológico en la creación digital e infografía, cosa que ha transformado a la industria, pero que además ha propuesto una nueva filosofía a la hora de crear productos: la fabricación artesanal de una historia con todos los trabajadores involucrados de alguna manera en su creación, en lugar de realizar su trabajo desde compartimentos estancos. La camaradería y sentimiento de equipo es algo tan importante en Pixar, que cuando la Disney los quiso volver a comprar tras su expiración de contrato, ellos sólo pedían seguir igual, sin ninguna presión externa. Gracias a esto, se ha podido hacer una película con un protagonista anciano como es Carl Fredricksen, la cara visible de Up.


Ni Disney ni ningún otro estudio a día de hoy hubiera previsto que una película con un septuagenario como personaje principal iba a recaudar más en la taquilla americana que sus últimas tres películas, hasta el punto de que apenas existe merchandising de Up porque las marcas jugueteras no tenían nada de fe en el proyecto por la elección del protagonista. Lo que estás compañías no podían entender es que aparte de la formidable habilidad que tienen en Pixar para crear historias (no en vano tienen a muchos de los mejores guionistas de la industria), un robot, un coche o una rata, por mucho que sean geniales para la fabricación de peluches, no pueden compararse con la humanidad que rezuma de un personaje como Carl Fredricksen, un abuelo rechoncho de pelo plateado, gafas y un sonotone. No en vano, Up tiene el comienzo dramáticamente más potente que ninguna de las nueve anteriores producciones del estudio. Los primeros quince minutos tienen una sensibilidad y una narrativa tan económica que muchos guionistas y realizadores aprenderán de ella durante años. Es tan efectivo este comienzo, que cuando fui a verla me temía que los niños que poblaban la sala no me dejaran ver la película, ya que gritaban por cada nueva sensación que el 3D les provocaba; pero cuando los primeros planos se sucedieron (y gracias también a la puesta en tono del magnífico cortometraje Parcialmente Nublado), los niños y la sala entera se quedaron en el más absoluto silencio.


Pero hay más en Up que sus efectivos minutos iniciales, ya que la aventura forma parte de más de los dos segundos tercios del film. No os voy a engañar, la llegada de Carl y su forzada compañía infantil a la selva no es nada espectacular. La película homenajea con acierto y buen gusto películas de aventuras como King Kong, y ese aspecto desolador que le da (sumada a algunas de las fantásticas composiciones de Michael Giacchino) le sienta genial al tono que Pete Docter, el director, pretende darle al film, pero para los que esperasen grandes entornos y fauna y flora exótica y sorprendente se van a dar con un palmo de narices. Y es que al contrario que la mayoría de las anteriores películas de Pixar, no tenemos aquí la típica secuencia de descripción de nuevo mundo que es ya tan habitual en este tipo de cine. No, no vamos a ver como los juguetes hacen sus tareas, ni cómo es un restaurante para coches, ni mucho menos como cruza la calle un monstruo; en el momento que Carl y Russel ponen un pie en la isla, están claramente en el punto más alejado de toda civilización posible, y están solos en un paisaje que parece todo el rato el mismo, lo que potencia ese sentimiento de aislamiento. Conocerán a más personajes en su periplo, pero realmente no pasan de cinco; todo queda en un ambiente reducido, más personal y más intenso, no por la acción, si no por los sentimientos de los personajes.


Cada personaje que puebla Up es modelado de forma preciosista, y ya no sólo me estoy refiriendo al cariño que han puesto en los diseños de éstos, si no a toda la psicología y humanidad que contienen, haciendo que todos ellos, y en particular Carl, sean los protagonistas más complejos y sutiles que ha parido el equipo de Pixar. Es alucinante ver cómo conjunta el aspecto cuadriculado de Carl con su modo de vida antes de embarcarse en su particular aventura, pero más placentero es aún cuando vemos las razones por las que se comporta así. Si la acción y la amplitud de Up es mucho menor que en sus predecesoras, el lirismo que tiene cada una de sus imágenes supera con creces a las de sus “hermanas” y a la mayoría de películas de animación que he visto en los últimos años. Su casa voladora gracias a los miles de globos de colores es el ejemplo más claro, pero luego hay montones de sutilezas repartidas por todo el film que en partes la asemejan más a una película de Miyazaki que a Walt Disney. Normal, cuando la película toca temas tan profundos como cuál es el significado de hogar, la niñez que llevamos dentro o el sentimiento de aventura.


Pero si tuviera que decir realmente de que va Up, sin lugar a dudas diría que su tema principal es como alcanzar nuestros sueños. Las almas de los escasos personajes de Up han perdido algo desde el principio, y su cometido es alcanzarla de la manera que ellos conocen o ansían. Esto provoca que los solitarios protagonistas del film acaben uniéndose porque de una manera u otra se necesitan: el perro Dug quiere un amo que le quiera de verdad, Kevin el pájaro quiere llegar hasta sus crías, y Carl y Russell han perdido a alguno de sus seres queridos más importantes y necesitan llenar ese vacío. A ratos, me recordaba a lo que pasaba en El Mago de Oz, aunque al contrario que en el clásico, Carl se niega rotundamente en un principio debido a la mentalidad cerrada que ha ido adquiriendo en sus años de soledad. Es una vez que conocemos al antagonista, un aventurero viejo y senil llamado Charles Muntz, cuando vemos realmente de qué va todo esto. Muntz, al contrario que Carl, está dispuesto a conseguir su mayor sueño a toda costa, aún si esto signifique que hay que pasar por encima de los demás, mientras que el protagonista principal descubre que no hay ningún sueño válido si éste no se comparte, sobretodo con las personas a las que amamos. La vida en sí misma es una aventura, pero aunque Carl al principio lo crea, no estamos solos en ella, y es cuando la compartimos cuando descubrimos que más podemos disfrutar de ella.Por eso, no es baladí que el ostentoso dirigible que posee Muntz en la película tenga un nombre tan rimbombante como “Espíritu de Avenura”, y cuya propiedad cambiará a un dueño más adecuado: uno cuya idea de aventura no es tanto ir de caza a un territorio indómito, si no tomarse un helado en un bordillo de la calle junto a alguien al que quiere.


Supongo que muchos, después de todo lo expuesto, lo que os preguntáis es como se compara Up al lado de otras película de Pixar. Sinceramente, muchos dirán que es la mejor película estrenada este año y otros defenderán que es la mejor de la compañía, pero un servidor piensa que cada una de ellas es fascinante a su manera y que cada una, al contar con una sensibilidad y temas diferentes llegará a cada persona de una forma distinta. No puedo ocultar que Pete Docter es mucho más santo de mi devoción; tanto Monstruos S.A. como esta Up me parecen más sutiles y complejas que cualquiera de las de Stanton (Buscando a Nemo y Wall-E), que tienen un aire más ñoño, aunque las de Brad Bird (Los Increíbles y Ratatouille) son quizás las más adultas y alocadas. Pero como decía, lo maravilloso de Pixar es que cada una de sus películas nos propone un viaje distinto impulsado por la imaginación, y cada una nos propone un mensaje tan importante como lleno de humanidad y humildad. Por eso, son líderes indiscutibles de la industria, aunque al final, esa filosofía que procesa Pixar de la que hablaba al principio no es tanto una filosofía de trabajo como una de vida, y si realmente ellos son expertos en cumplir sueños, quizás deberíamos aprender de ellos.





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jueves, agosto 13, 2009




¡Hola, PulpoManíacos veraniegos! Aquí viene el tito Riptor con un nuevo trailer de una nueva película: Legion.

¿De dónde ha salido la película? Ni idea.
¿Está chulo el trailer? Desde luego.
¿Personas demonios que conducen carritos de los helados? Hay que verlo.


Parece ser que el primerizo Scott Stewart, uno de los componentes más importantes de la empresa de efectos especiales The Orphanage (culpables de la criatura de The Host entre otras cosas), enseña por primera vez en la red un trocito de su opera prima.


Hay que decir que el trailer mola lo suyo, y hay que decir que no abundan las películas de fantasía/horror/thriller/sobrenatural/acción/punk/bíblico/cosa... Así, que si este sencillo género forma parte de vuestra lista de gustos, no vais a querer perdérosla cuando se estrene a principios del año que viene. Me ha parecido ver a Dennis Quaid y a Paul Bettany, actores que sinceramente me gustan en todo lo que hacen, y aunque Watchmen y Terminator Salvation han dejado patente que un buen trailer no es muestra de que haya una buena película detrás, hay que decir que éste tiene toda la buena pinta, como suelo decir.


Ahí os lo dejo, pero los menores de edad que sean responsables y no quieran mentir nunca no van a poder verlo. No hagáis el truco de poner una edad falsa, ¿eh?, que luego váis al infierno...




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martes, agosto 11, 2009

REVIEW: G.I.JOE THE RISE OF COBRA




Por si no fuera poco para Hasbro con ponerse las botas gracias a la secuela de los Transformers, otra famosa marca de juguetes suyos da el salto a la gran pantalla, los famosos G.I.Joe.


¿Están estas antiguas glorias de los dibujos animados y figuras de acción listas para plantar cara a la temporada veraniega? Bueno, para conocer la respuesta sólo tenéis que leer la review que os he preparado. Pero antes de eso, también podéis disfrutar de una breve reseña histórica de la marca para conocerla mejor. Y es que saber esto, como decían en la serie, es la mitad de la batalla…


¿Hasta qué punto va a llegar Hollywood?, pensarán algunos. Y es que muchos ponen el grito en el cielo señalando con un dedo acusador que los americanos viven una crisis de ideas, lo que provoca que el 90% de sus películas modernas sean secuelas, adaptaciones, remakes y la nueva moda, los reboots (o re-arranques). Lo cierto es que la industria cinematográfica yanqui ha hecho esto desde sus mismísimos comienzos, lo cuál no tiene que ser malo en absoluto. Gracias a las películas basadas en otro material anterior, muchas personas son capaces de acercarse por primera vez a mundos que antes obviaba o desconocía, despertando su interés en nuevas historias y personajes, o simplemente redescubriéndolos y disfrutando de un nuevo punto de vista.


Este hábito, como ya sabéis muchos, se ha estado haciendo hasta la saciedad, y una de sus constantes metas es la de devolver al candelero franquicias que habían vivido tiempos mejores y que llenaron los bolsillos de más de una compañía o estudio. Una de las pioneras en descubrir que cualquiera de sus propiedades intelectuales ganaba en carisma cuando se le dotaba de una historia de fondo a sus productos fue la importante marca juguetera Hasbro, de la que muchas veces hemos hablado en este blog. De esta forma, tras comprar marcas a pequeños fabricantes de juguetes en Japón y los EE.UU., decidió darlas a conocer al público al que estaban destinados creando series de animación para la televisión. Así, se le daba un lavado de cara al producto y se creaba una mitología y unos personajes de fondo por los que los niños se pirrarían. Éste fue el caso de Transformers y G.I.Joe, cuyos ejemplos dieron lugar a una moda que otras compañías copiarían con todo el descaro con series como He-Man y My Little Pony.


Los últimos años de los 80 y principios de los 90 fueron un periodo fértil para esta relación simbiótica entre las figuras de acción y muñecas y sus respectivas producciones animadas. Pero como en todo, la fórmula acabó por quemarse, y con el punto álgido de franquicias de muñecos en los 90, llegó el momento en el que a los niños les acabó por saturar, amén de la entrada en el juego de un nuevo y letal contendiente: las videoconsolas. El público que Hasbro, Mattel, Playmates y demás compañías del negocio, se les iba para jugar como sus héroes en lugar de con ellos, y aunque seguían existiendo coleccionistas adultos que habían crecido con algunas de sus propiedades intelectuales, las ventas de juguetes fueron alarmantemente bajas.


Pero el siglo XXI ha devuelto la vida a estas empresas, que se han dado cuenta de que hay que buscar el negocio en otras partes, y que al igual que pasa con los superhéroes de cómics y dibujos animados, sólo hace falta adaptarlos un poco a los tiempos que corren para que vuelvan a ser atractivos de nuevo. De esta forma, y tras el espectacular éxito de Transformers, por fin tenemos en nuestras salas a los soldados de élite G.I.Joe. Al igual que con los robots del planeta Cybertron, existen miles de fans alrededor del globo que tienen un cariño enfermizo por los soldados articulados de Hasbro, lo cual tiene sentido, ya que ambas marcas tienen muchos puntos en común, como la gran cantidad de personajes (cada uno con unas propiedades y un aspecto determinados), la separación en dos bandos y su obligada serie paralela publicada en Marvel Comics. Si se le pregunta a cualquier admirador de los Joe, dirá que su dios encarnado es el escritor Larry Hama, autor del universo que todos llegaron a adorar. En principio Hama tenía pensada una nueva trama y personajes para introducir en la por entonces decadente serie de S.H.I.E.L.D. con Nick Furia (ese que ahora es Samuel L. Jackson en las pelis de la Marvel) y sus enemigos de la organización Hydra, pero tras la negativa de la Marvel, le ayudaron a que probara suerte con una serie que Hasbro quería lanzar para acompañar a su línea de figuras. El resultado os lo podéis imaginar… y de esta forma, Larry Hama entró en el firmamento de los autores de cómics más reconocidos de los EE.UU., haciéndose tan importante para los G.I.Joe que tiene un obligado cameo en la película.


Con esto, y perdón por la intro pero creo que era obligada para entender un poco más a los G.I.Joe, damos paso a la película que nos ocupa. Desde que Spielberg y Bay reventaran las taquillas con Transformers, todo el mundo ya tenía claro que la adaptación de los G.I.Joe iba a ser cuestión de tiempo. Pero ya desde el principio a un servidor le asaltaba la duda, ya que no podía imaginarme cómo iban a hacer una película bélica para niños, y mucho menos cómo pretendían venderla en el mundo entero después de la guerra de Irak y similares, temas que habían provocado el rechazo en la sociedad de la ideología militarista y patriótica de Bush. Por supuesto, enfocar el tema así no tenía ninguna salida, y desde Hasbro y Paramount no tenían ni idea de cómo llevar el proyecto hasta que contrataron a Stephen Sommers. Sommers es un director que desde sus comienzos demostró una pericia notable en el cine de aventuras, ya sea con las producciones de Disney como la película de acción real de El Libro de la Selva o con películas declaradamente de serie B como Deep Rising. Por supuesto, su gran salto llegó con La Momia en 1999, que tuvo tanto éxito que le puso las cosas difíciles al Episodio I de Star Wars y le garantizaron una secuela que él también dirigiría.


Al parecer, a partir de esa secuela, mucha gente se le echó al cuello a Sommers, y puedo comprender por qué, ya que la secuela no estaba tan acabada y no era tan compacta como su anterior entrega, y en muchos casos daba la sensación de que estaba improvisada. Pero aunque aprendió que las prisas no son buenas e hizo Van Helsing de otra manera, el daño ya estaba hecho, por lo que se convirtió en el objetivo de muchas iras en los comentarios de la red de esa raza que la puebla que son los fans o geeks agresivos. Sommers tiene un estilo muy desenfadado y a veces cartoon que provoca las situaciones más exageradas posibles en un film, cosa que muchas personas no pueden aguantar en una película de este corte. Y esto no deja de ser curioso, ya que en una época en la que los efectos especiales son capaces de hacer cualquier cosa, el público rechaza cualquier elemento que no sea realista.

En este sentido, G.I.Joe no es una película que rompa el molde creado por la visión de Sommers. Sigue siendo espectacular, con personajes arquetipazos y over the top, cogiendo una confianza con los efectos especiales que hace que el director ya no le tenga miedo a nada, aunque estos no sean perfectos. Y lo bueno de G.I.Joe es que esta manera de enfocar el film le va como anillo al dedo. Lo imposible es posible según Sommers, y así, en lugar de frenarse con ideas tan fantasiosas como una batalla de cazas submarinos o trajes aceleradores, las plasma tal y como un niño las soñaría. La secuencia de introducción de el Abismo (o Pit), que es como se conoce a la base de operaciones de los Joes, nos pone por delante todo lo que podríamos esperar de esta película: helicópteros de corte futurista, luchas submarinas, armas láser y muchos, muchos gadgets que hacen que el Call of Duty 4 pueda pasar a llamarse Prehistoric Warfare. De hecho, y esto es “culpa” del director, G.I.Joe es una especie de película de James Bond con esteroides, por lo que se acerca más a la fantasía que a una película bélica, lo que la acerca más a la serie de animación de los 80 y la hace más llamativa en una cartelera en la que el género fantástico suele ser representado por adaptaciones de libros sobre magos y elfos.


Así, los personajes, al igual que sus homónimos de la serie animada, tienen una personalidad muy definida para darle a cada uno una función, aunque claramente han tenido que reducir un poco el volumen de protagonistas para poder centrar la atención en unos pocos. Y si bien ahora no visten como una mezcla extraña entre los Village People y los marines coloniales de Aliens, el abanico de personajes sigue siendo simple pero atractivo, aunque no haya demasiado peso en ninguna de sus tramas. Como mucho, pueden destacarse los flashbacks de Duke y su unión a la historia de la Baronesa y sobretodo el pasado de Snake Eyes, que muestra su temprana enemistad con Storm Shadow cuando comenzaron a ser ninjas y que desde luego tiene chicha que deja con ganas de más.


Aparte de las historias de fondo, la película cuenta con un grupo de villanos excelentemente escogidos, y que a diferencia de su serie original, por primera vez los malos no se rodean de estúpidos e inútiles. Los soldados Neo-Viper son duros y amenazantes, la Baronesa y Storm Shadow son fríos y calculadores y son capaces de llevar a cabo una misión y Destro es un malo de la vieja tradición de 007 con la diferencia de que no es tan estúpido de revelar los planes a los buenos. De todos, el que más atención me llamó es el Doctor, con un papel no parece muy grande pero va ganando importancia en la historia, y cuya personalidad y apariencia es de las más llamativas del film, ya que es una especie de científico enfermizo de las SS o uno de esos investigadores que nos imaginamos que crean nuevos sabores para los yogures ahí encerrados en un laboratorio secreto.


En general, la trama avanza a buen ritmo y no deja un respiro para ir al baño (así que recordad, no compréis mucha bebida), y la historia es ligera pero compacta, al contrario de lo que pasaba en Transformers La Venganza de los Caídos, por lo que hay menos agujeros de guión, menos subtramas y es menos mareante. Por ello, la falta de demasiada profundidad o sorpresas (que haberlas haylas pero son algo predecibles) es compensada por un cambio constante de escenario y unas escenas de acción estupendamente medidas. De hecho, estamos ante la que puede ser la película de 2009 con una acción mejor coreografiada hasta la fecha. Transformers 2 es demasiado apabullante y Star Trek a veces es demasiado sobria, por lo que en la opinión del que suscribe, G.I.Joe coge lo mejor de ambos mundos. Por lo menos, el transcurso de la acción no es interrumpida continuamente con chistes o con tramas de personajes menos importantes. Y eso no significa que no tenga sentido del humor, que lo tiene, pero queda en un segundo plano, sobretodo cuando la mitad de los chistes son obviedades que tampoco aportan nada a la escena. Los que tengáis miedo de que Marlon Wayans sea una especie de payaso que entorpece la historia con sus excentricidades propias de un secundario cómico, pueden estar tranquilos; el tipo de Scary Movie no se sobrepasa nada en su papel, e incluso es capaz de patear muchos traseros.


Una de las mayores pegas que tengo con el film no es precisamente el humor, ni lo simplón de los personajes y la historia, y mucho menos los imperfectos pero notables efectos especiales. Una vez más, mi queja va hacia el compositor de la banda sonora, en este caso el maestro Alan Silvestri, que ya labró una relación de trabajo con Stephen Sommers desde que tomó la batuta de manos del malogrado Jerry Goldsmith en la secuela de La Momia. Después de lo potentes e icónicas que resultaron ser los temas sinfónicos de Van Helsing y Beowulf, en G.I.Joe resulta poco menos que decepcionante, ya que la música no brilla en ningún momento del film. Puedo entender el por qué, y es que la banda sonora de la película se compone en este caso de sonidos de explosiones y disparos de plasma, pero eso no significa que no me hubiera gustado algún tema más rotundo para los Joe, Cobra y compañía. Y justamente acabo de comentar mi segunda queja con el film: la falta de momentos calmados, introspectivos, en los que aparte de brillar la música, lo hagan los sentimientos de los personajes. Apenas hay uno de estos momentos en el film, ya que este siempre avanza con un ritmo implacable, y cuando los hay, aunque suelen estar bien construidos, carecen de la fuerza suficiente como para hacer de ellos algo memorable. Personalmente destacaría el final de la última batalla entre Snake Eyes y Storm Shadow, quizás uno de los momentos más emotivos aunque curiosamente no son los protagonistas de la historia. La música y la realización encuentran uno de sus mejores momentos justo en esa escena.


Con todo, puedo decir sin temor a avergonzarme que he disfrutado enormemente la película. El hecho de que se tome en serio sólo lo justo y que la historia y la dirección pongan en pantalla los sueños más salvajes de un niño de 10 años hacen de G.I.Joe una película cargada de diversión. Porque al final, aunque haya personas que defiendan que el cine está llegando a su fin al convertirse todas las event movies en desenfadadas atracciones de feria y montañas rusas, lo que importa es que al meternos en una sala no sólo nos sintamos entretenidos, si no con una profunda sensación de diversión. Todo depende de qué es lo que busquemos en una película.







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