viernes, agosto 31, 2007

REVIEW: TMNT



¡Por fin he visto las tortugas! Nos podéis imaginar cuantas ganas tenía de ver esta película… Sí, sabía que Transformers iba a ser más espectacular como vuelta a la acción de unos dibujos de los 80, y que Ratatouille iba a ser probablemente el mejor film de animación del año. Pero es que las tortugas ocupan un rinconcito especial en mi corazón que no se ha ido desde que fui un niño (en cuanto a edad física, se entiende). De esta forma, tuve que buscar un cine que estaba a unos 30 km de donde vivía para poder disfrutarla. Y no me arrepiento.

Es curioso como muchos de mi generación han pasado ya por encima de esto y han dejado de lado a nuestras queridas amigas verdosas que tanto nos han enseñado en la infancia, para dejar paso al anime japonés o los seriales americanos de ciencia ficción que ahora están tanto de moda. Y vale, también hay que decir que la serie de animación de los 90 era en realidad infantiloide y de dudosa calidad, por lo que ahora es infumable para cualquier persona por encima de los 10 años. Pero es que la idea de las tortugas es inmortal. El mero concepto de cuatro tortugas mutantes adolescentes ninja (como dice el insuperable título) con nombres de artistas del renacimiento y entrenadas por su sensei rata es impagable. Y todo eso mezclado con el Ronin (del que ya hablé en su día) y el Daredevil de Frank Miller, tanto en su estilo gráfico como de sus historias, hasta el punto de que aparece el clan del pie (en lugar del de la mano), el maestro de los héroes se llama Splinter (astilla) en lugar de Stick (palo) e incluso ¡el origen de los cuatro quelónios es en el mismo instante en el que Matt Murdock se convierte en el superhéroe ciego! Esto, más una buena cantidad de Pulp y referencias a los magazines Heavy Metal y Metal Hurlant, nos da una divertidísima mezcla de géneros que nadie debería pasar por alto.

¿Pero qué es lo que ocurre? Pues que la audiencia mainstream nada sabe de todo esto, y para ellos sólo es una moda infantil que pegó fuerte en su época, pero que poco tiene que hacer hoy en día, ya que los adultos ya no las tragan y los niños tienen nuevos héroes. Así, parece haberse perdido el interés general para el público general, y eso ha repercutido en que para moi haya sido difícil encontrar una sala para ver la película, amén del poco marketing que se ha hecho. Todo esto es una pena, ya que los niños si que parecen disfrutar con ellas una vez las ven, a la vez que los viejos pulperos del lugar como un servidor disfrutan de una forma nueva (y decente) de sus héroes de antaño.

No quiero decir con esto que la nostalgia sea la única razón para ver a las tortugas. Aunque el argumento no sea increíblemente original, tiene los suficientes elementos como para hacer que la mayoría de las producciones de animación de este año (y de muchísimo más presupuesto) se mueran de vergüenza. Aparte de tener un tono más oscuro parecido en el cómic en el que está basado, tiene bastantes escenas de acción, que aunque sufran de ser algo light para que las puedan ver toda la familia, ya ofrecen algo de artes marciales a la mezcla, en lugar de repetir chistes que hemos visto hasta la saciedad en más de diez años de los Simpson. Y como en su origen comiquero, aparecen monstruos y ninjas continuamente, lo que se agradece después de ver tantos animalitos en las producciones animadas de hoy en día.

Algo que me encantó de la película es como ahondan más en sus personalidades de lo que ningún film anterior haya hecho antes. Leonardo vuelve de su entrenamiento en Centroamérica dudoso de su posición como líder, y mientras, Rafael se dispone a luchar contra la injusticia a su manera ya que en buena parte, echa de menos a su responsable hermano de antifaz azul. Mientras, los otros están como desmadrados, sin ningún objetivo, por lo que se ponen a hacer otro tipo de actividades más vulgares para pasar el tiempo. Lo que presentan al comienzo de la película al espectador es una familia desunida. Incluso Casey Jones, que ahora vive con April, siente que algo no funciona con su pareja. Por supuesto, no hace ni falta que cuente el final para que os imaginéis cómo acaba todo, aunque el que no incluyan muchas sorpresas no hace que disminuya mi simpatía por estos personajes. Como la que le fui cogiendo al malo de turno, que si bien es un nuevo y desconocido villano, al final sus razones tienen hasta sentido. Y se agradece que no sea uno más que quiere conquistar el mundo. Otra vez.

Luego están las partes más flojas, como que hay huecos en el guión que aunque no son indispensables, sí que pueden mermar la credibilidad del espectador; o que tanto Miguelangelo como Donatello son casi meros accesorios de Leo y Raph que toman más protagonismo en la historia, o que los nunchakus de Mikey se ven realmente poco, por no decir que en ningún momento las armas de filo no hacen ni un solo tajo sangrante. Como ya he dicho antes, la ligera violencia del cómic, aquí se ha suavizado para que puedan entrar los niños al cine. Gracias a dios, esto último no influye en la gran intensidad de uno de los momentos álgidos del film, en el que Rafael le tiene que decir un par de cosas a Leo…

Al final vale la pena compartir de nuevo las aventuras de estos cuatro reptiles que no dejan de ser adolescentes. Puede que la historia no tenga mucha más profundidad que un capítulo de serie de dibujos animados de sábado por la mañana, pero desde luego es de uno de esos que eran de los viejos buenos tiempos, no como los de ahora…



¡Ah, y os recuerdo que aquí podéis echarle un vistazo a los muñecos por si se os pasó en su día. ¿Qué sería de estas películas sin su merchandising?

1 comentario:

BUDOKAN dijo...

Muy buenas tus apreciaciones sobre este fenómeno de traer nuevamente a estos cuatro pintores renacentistas a la pantalla grande. Por lo que dices parece ser una buena opción para ver. Saludos!