Desde luego, ¡vaya veranito de estrenos! Este 2007, Jolibú no está dejando títere con cabeza... Así a uno no le da tiempo ni a escribir ni a nada. Ahora toca la última de Pixar: Ratatouille (pronúnciese Ra-Ta-Tui).
Me acuerdo cuando era pequeño y el estreno anual de la Disney era obligado. Se podía decir que siempre eran las películas más grandes que se iban a etrenar en la temporada, además de que eran con diferencia las que más pasta iban a sacar; sobretodo por el tema aquél de que iba toda la familia al cine. Pero llegó el ocaso de los dibujos animados, del que muchos culpan a los estudios, aunque reconozcámoslo, también es culpa de los espectadores que ahora sólo buscan 3D porque los dibujos parece que son para niños. Es una pena que hayamos llegado a este punto, porque la mayoría de las producciones animadas por ordenador tienen un nivel técnico cada vez mejor, es cierto, pero las historias son mediocres en comparación con lo mejor de la época dorada de Disney. Y entre tanta película hecha para vender muñequitos en el Happy Meal, sigue destacando una compañía por encima de todas, que además fue la pionera que provocó toda esta situación. Estoy hablando de Pixar.
Disney está viva gracias a Pixar. Vivita y coleando. Y mientras la tenga no debe temer nada, porque los chicos de John Lasseter no sólo han hecho avanzar la industria (su software Renderman es el más usado entre los pesos pesados de los efectos especiales), sino que también detrás de esos unos y ceros han sabido crear historias humanas. Sé que hay mucha gente que salió decepcionada con Cars porque parecía una historia simplona e infantil, aunque yo no estoy para nada deacuerdo con esa posición. John Lasseter es un niño grande, sí, pero animo a quien le gusten estas películas que la analicen bien y que vean exáctamente a quienes va dirigido el mensaje de este film, porque no es a los niños.
Lo que si es cierto es que Lasseter y sus hombres saben cómo dotar de corazón a una película, por muy lineal o simplona que pueda resultar la trama. Aunque hay un nuevo hombre en el estudio que ha revolucionado Pixar en cuanto a historias y segundas capas se refiere, y ése es Brad Bird. Bird había comenzado su andadura en las producciones animadas hace ya bastante tiempo, y por muchos es conocido su toque en Perro de familia o los Simpsons. De hecho, la película de la familia amarilla habría cambiado mucho si Bird hubiera metido la mano: la película hubiera sido buena. Aparte, Brad Bird ya dirigió una de las últimas maravillas en 2D que llegó a la pantalla grande, el Gigante de Hierro, y entró en Pixar por la puerta grande con los Increibles (cuyo nombre lo dice todo).
Así, con este peso pesado del cine animado a la cabeza, nos llega Ratatouille. Y el resultado esta a la altura, por supuesto. La película nos llega al alma desde su principio hasta el esperado/inesperado final (los que la hayáis visto sabréis de lo que hablo). Brad Bird nos arranca en las salas más de una carcajada, pero también nos llega a la parte más profunda de nuestro ser, aquella parte en la que tenemos sueños, en la que sentimos un revoloteo cuando nos enamoramos y en la que se nos hace un nudo cuando nos enfadamos con nuestro mejor amigo. Y las risas no son exáctamente del tipo Padre de Familia o los Simpsons en las últimas incursiones, donde tienen que sacarlas con unas tenazas a fuerza de repeticiones absurdas o personajes invitados parodiados. En Ratatouille hay risas más humanas que no salen de forma forzada, sino que se nos escaparán cada vez que reconozcamos una situación que relamente hemos vivido o que nos podría pasar. Es irresistible cuando la rata protagonista, Remy, quiere irse de la cocina para que no la pillen, pero ésta no termina de largarse hasta que consigue hacer una buena sopa.
Y es que los personajes son deliciosos, cada uno tiene su aspecto inigualable, sus gestos, su alma; sobretodo el pequeño Remy, que recordemos que es una rata, uno de esos bichos que no le gustaría encontrase a cualquiera. Por supuesto las relaciones entre ellos están trabajadas al milimetro aun resultando sencillas (que no simplonas) y no hay frase que sobre o que aburra en la historia. Hasta el personaje más secundario tiene su momento de gloria, y aunque sólo suelte dos frases, más de uno se encariñará con ellos. Esto también pasa con los personajes más odiosos, que en ningún momento son malos en el término más extremo de la palabra, como sí que nos tenía acostumbrados la antigua Dsiney. A Brad Bird le encanta tratar todo con humanidad como ya he dicho antes, sin quedarse en lo blanco y en lo negro de manera que nos muestras todas las tonalidades de gris que hay en cada personaje. Y así nos enamoramos de ellos, porque Ratatouille rezuma carisma por los cuatro costados. Esto pasa por ejemplo con el personaje del crítico culinario, cuyo aspecto parece sacado de la Novia Cadáver de Burton y su personalidad parecida al crítico de cine de la Joven del agua de Shyamalan. Por mucho que muchas personas lo parezcan, nadie es malo porque sí.
Otro apartado del que podría hablar párrafos y párrafos es del técnico, pero es algo que no voy a hacer. Una vez se apagan las luces y llegas a Paris de la mano de una rata, ya no piensas en renders, texturas, curvas NURBs o efectos de partículas. La ténica es un método para contar la historia, de manera que serás capaz de oler al pobre Remy cuando esté mojado o casi podrás saborear los exquisitos platos que se preparan en la cocina. No cabe duda de que son de verdad, no virtuales.
Esta temporada la cartelera ha estado cargado de películas hamburguesa, algunas con carne jugosa y acompañada de verduras crujientes y otras salidas del fast-food más apestoso, escupitajo incluido. Pero por muy buenas que estén las hamburguesas, a uno siempre le apetece un buen plato de la abuela, que reconforta y le deja a uno buen sabor de boca. Y si encima viene aderezado con el teaser de la siguiente de Pixar Wall-E y con un corto divertidísimo de alienígenas, ¿cómo va uno a resistirse?
3 comentarios:
Me ha encantado la crítica y sobre todo como la cierras con ese dicho del plato casero que alimenta más. A mi también me ha gustado esta pequeña "gran" obra maestra. Saludos!
Para pasar el día ve al centro comercial hay cine, Ratatouille y diversión sin igual...
Gusta la explicación visual de los sabores, tanto por un lado con un solo alimento, a cuando fusiona sabores creando sensaciones de colores llamativos.
Sinceramente, me quede con la ganas de hincar el diente en la pantalla...
www.comopica.blogspot.com
¡Muy buena crítica la tuya! A mi tambien me gustó mucho y tambien creo que Pixar es la culpable de que Disney no se derrumbe. Sobre Wall-E decir que es un curioso trailer que no deja ver mucho pero... Puede ser un interesante experimento, original...
Xao!
Publicar un comentario