lunes, junio 18, 2007

CINE: HOSTEL 2


¡Cuánto tiempo sin “reviewear” una película! Menos mal que como adelanto al verano, y tras la vorágine de Spider-man y los Piratas, nos llega una película mucho más modesta pero no por ello menos importante: Hostel 2.

Pues sí, nuestro amigo Quentin Tarantino y el director Eli Roth nos vuelven a llevar a aquél hostal de la parte más hermosa y escalofriante de la Europa del este. Para los que no sepáis de que iba la primera, os hago un resumen (sin spoilers): unos universitarios norteamericanos deciden hacerse un viajecito al viejo continente en plan interrail para disfrutar de los placeres que allí se les ofrece. Alcohol, drogas, sexo,… estos chavales saben muy bien lo que buscan en este tipo de viaje desmadrado, y lo hacen sin ningún tipo de respeto, como diría Corleone, por lo que se dejan llevar por un desconocido en Ámsterdam que les convence de que tienen que ir a Eslovenia en lugar de Barcelona por que en el este están las mujeres más bellas (y cachondas) del mundo. Así, nada más empezar, Eli Roth hace que los personajes no te den ninguna pena… Una vez en Eslovenia descubrirán que no todo es tan bonito como parecía, y tendrán que luchar por su propia supervivencia.

Los que hayáis visto la primera película, sabéis a que tipo de peligros tienen que enfrentarse, pero a los que no la hayáis visto os invito a que la veáis ipso-facto, por que se trata seguramente de una las películas más originales del género de terror de la última decada. Olvidaos de Saw y todas sus clonadas secuelas, en Hostel veréis cómo los personajes van creciendo en el espectador, a la vez que es sorprendido por la historia (y no me refiero al típico final “le-doy-la-vuelta-a-todo-porque-sí”) e incluso le hace pensar, sin dejar de divertirse con la casquería. Además, es una de las únicas películas de este género en la que se reconoce la cara del mal; no hay un malvado enmascarado y enfermo, sino que muchos os veréis reflejados. Y eso acojona.


Pero mientras la primera película se podía decir que era como Pinocho, con esos jóvenes que se van transformando y dirigiéndose a su perdición por su propia estupidez, la segunda se podría comparar más con otro tipo de cuentos, quizás tipo Grimm como Hansel y Gretel, en la que unos niños se van a adentrar en un lugar que es menos oscuro de lo que parece, y del que tendrán que salir a toda costa, haciendo todo lo que haga falta para sobrevivir. Y cuando digo todo, digo TODO. En esta secuela nos vamos a preocupar de los protagonistas desde el comienzo, ya que aquí son tres chicas que viajan a Europa para contemplar el arte y la cultura y no unos chavales salidos y pasados de vueltas. Creedme, lo vais a pasar mal junto a ellas. Pero esa es la gracia de la película: no es por la sangre, es porque te importan los personajes, y no quieres que les pase nada.


Por que al final, eso es exactamente de lo que tratan estas películas, de la supervivencia, como en esas películas que tanto amamos como Alien, Tiburón, Viernes 13, y otros clásicos del terror. Pero esto tiene que ser aderezado con el factor de diversión, y todos sabemos que cuando uno va a ver películas de este tipo, quiere ver muertes espectaculares. Eli Roth se supera a sí mismo en esta película, consiguiendo en muchas de estas escenas la categoría de clásico, aunque no son excesivamente gore (para los que estéis acostumbrados como un servidor) sino que son más “elegantes” por así decirlo. Sin dejar de lado esa parte “divertida” y cómica de la violencia que también es tan propia de Tarantino, Eli Roth homenajea aquí el tono de las películas de la Hammer, toques de Holocausto Caníbal (con un divertidísimo cameo de su director incluido) y del Giallo italiano, sin faltar algunas referencias históricas. Sólo tengo que decir que uno de los personajes se llama Miss Bathory…

Encima la película tiene mensaje, sí señor. Si la primera ya nos dejaba entrever este tema (que por cierto está basado en hechos reales, lo que resulta perturbador…), en esta secuela Roth nos cuenta los resquicios más oscuros del capitalismo y el modo de vida occidental. Os vuelvo a asegurar que uno se queda pensando después de verla,. Pero eso sí, la diversión está más que asegurada.


De verdad, hay muchas cosas que decir de esta película, pero al contrario que en otras que he comentado, prefiero que la veáis por vosotros mismos y os dejéis llevar y sorprender por ella hasta su salvaje final. Es una pena que la primera parte no fuera entendida y que esta segunda tenga pinta de no durar más de dos semanas entre los titanes que hay y habrá próximamente en cartelera. Desde aquí en PasionPulp reivindicamos este tipo de cine, tan importante y que describe a la vez que nos pone a flor de piel nuestros instintos más primarios. En serio, no os la podéis perder.

Para terminar, echadle un vistazo a la presentación que hizo su director en el Alamo Drafthouse. Vale la pena.


2 comentarios:

Ceballos dijo...

He aquí la primera de una larga lista de películas que me perderé este verano. Disfrutadlas por mí, cabrones.

Un Saludo.

Mario dijo...

Me gusta ir al cine cada semana, y por eso soy de ver muchas películas. Tarantino es uno de mis directores favorítos y he visto casi todas sus películas. La última que ha salido, recuerdo haberla visto en los Hostels San Rafael mientras me encontraba de vacaciones alli