CINE: GHOST RIDER

Se nota que la temporada cinematográfica se va poniendo candente por estas fechas. Sí, ya han pasado los oscars, sin nada destacable que mencionar, aparte del robo a GDT del oscar a mejor película extranjera; pero es ahora cuando vienen las apuestas más interesantes del año, haciendo una escala ascendente hasta lo que sería el cénit en julio, con los Transformers. Estoy hablando de cine puramente comercial, claro. Los resultados artísticos y de calidad de guión son cosas aparte que ya se iran viendo en cada película a ver qué sale; una cosa es una buena atracción de feria y otra una buena historia. Con Ghost Rider, muchos de estos aspectos se pelean.

Ghost Rider, el Motorista Fantasma. Un chico que vive felizmente con su padre de las acrobacias con motocicleta, y que tiene una novia que no se pierde ni uno sólo de sus espectáculos. Todo le va bien en la vida a nuestro protagonista Johny Blaze hasta que se encuentra una nota del médico tirada en su casa que dice que su padre tiene un cáncer en estado agresivo. Justo cuando se iba a escapar con su novia de casa porque a ella se la iban a llevar sus padres a otro estado. Es entonces cuando tiene la visita de Mephisto, una figura demoníaca que le propone un trato: su alma, por la salud de su padre. Por supuesto, Blaze firma, sin saber que al día siguiente su padre se morirá no del cáncer, sino de un accidente de moto. Así, Johny deja tirada a su novia y coje la carretera sin saber qué destino le espera, hasta que un día, Mephisto reclamará lo que es suyo para convertirle en un guerrero infernal para vencer a su rebelde hijo Blackheart.

Dicho así podría parecer un principio bastante dramático para la película, ¿verdad? Bueno, aunque seguramente es la parte más seria de todo el film, no es tan oscuro y emotivo como parece. Esta es la parte en la que decides si realmente este es el tono que esperabas para Ghost Rider o no. Si quieres ver una película seria, no veas esta película. Así de claro.

En cambio, si te gustan cosas como que el demonio Mephisto arroje en la pared una sombra como de una criatura delgada y postrada, cogiendo ideas de los clásicos del terror como Drácula, y con el mismo tipo de diálogos algo absurdos, entonces esta es tu peli. Yo fui al cine pensando que este era mi tipo de mierda. Que nadie se escandalice. ¿Es que nadie ha ido al cine alguna vez buscando una película de tiros o de peleas simplemente por el placer de estar tirado en la butaca y disfrutar? Yo por lo menos sí. Uno no va siempre al cine para tragarse Memento, Primer, o demás películas más cerebrales. El problema es que muchos críticos (y no sólo me refiero a los profesionales) no lo ven así, y en muchos casos no son capaces de sacar al niño que llevan dentro para disfrutar un film que va de un motero con cabeza de calavera ardiendo que va con una moto subiendo edificios. Porque si lo piensas, ¿como demonios va a ser seria una historia con una idea así? desde luego los cómics nunca han sido una cosa muy gore ni muy trágica, como lo puede ser el Cuervo (ejemplo de película excelente) o Spawn (ejemplo de película mala donde las haya), con la que mucha gente hará comparaciones con Ghost Rider. Pero hay una diferencia esencial entre Ghost Rider y Spawn que hace que la primera sea mucho más disfrutable que la segunda: Ghost Rider es una película que en ninguno de los 110 minutos que dura se toma en serio a sí misma.

Es una delicia ver cosas como las que he comentado encima, pero con las que más me reí son escenas como la de Roxanne (la novia de Blaze cuando eran adolescentes, interpretada por Eva Mendes) esperando a Johny en un restaurante de lujo, que al ver que está tardando mucho, no hace otra cosa que...¡sacar una de esas bolas de 8 grandes que te responde a tus deseos! Parece que absolutamente nadie que ha visto la película se ha fijado en esto, y en realidad es el elemento que me llamo más la atención y que me confirma que no es precisamente la última película de Wong Kar-Wai.

Luego hay otra escena hilarante que me encanto en primer lugar por lo visual y más tarde por la gracia que me hizo, que es la última cabalgada del Jinete Fantasma. Es una escena que rinde homenaje a los viejos western, como gran parte de la película (con planos con zoom a los ojos a lo Sergio Leone), y que termina con el Jinete diciendo que ha acompañado al Motorista gastándose la última transformación que le quedaba, ya que se le reservaba para esto. No tiene más profundidad la escena, ni sirve para más que para lo que he dicho, lo que hará que mucha gente se pregunte ¿por qué esto? pero si se lo preguntan es que no lo han cogido. La película está plagada de esto. El guión es sencillo a más no poder, incluso habría cosas que te podrían faltar si quisieras hacer la historia más seria, pero de las que el director ha prescindido para ir al grano y darle un buen ritmo a la película (que también se agradece). Si voy al cine a ver al Motorista Fantasma, ¡dadme Motorista Fantasma! Así que el guión no es malo exactamente, es fácil, muy fácil, pero efectivo para lo que ha elegido contar.

Luego está Nicolas Cage. No habría nadie mejor para este papel, además de su amor a los cómics y al personaje en particular, ya que se divierte mucho haciendo la película. ¿Y si Cage se lo pasa tan bien haciéndola, por qué no voy a disfrutarla igual? Hay una escena en la que Roxanne le pregunta a Blaze porqué faltó a su cita, y va el protagonista y en lugar de contarle cualquier excusa o hacerse el héroe trágico que no puede estar con la chica, ¡le dice la verdad, nada más y nada menos! estas cosas son las que a uno le sorprenden más.

Sólo hay una cosa que me repatea a más no poder en esta película: los malos. Al salir de la sala, mi novia me comentó que los enemigos a los que se enfrenta el Motorista son unos mierdas todos, que parecen más los malos de Buffy o Embrujadas que demonios poderosos. Es cierto, muy cierto. Y esa es la parte mala de la película.

En fín, creo que he hablado bastante de la película y no quisiera destripar más. Ya sabéis lo que hay. Sí queréis ir al cine a pasároslo bien, reiros un rato y ver efectos especiales de primera, id con la mente abierta y un buen cubo de palomitas para vuestro niño interior. Y si no, pues no vayais e id a ver El Último rey de Escocia. Vosotros mismos.