viernes, mayo 02, 2008

REVIEW: IRON-MAN



La primera de las películas Marvel de este año se ha presentado ya en nuestras salas como pistoletazo de salida a la temporada veraniega.


¿Estará a la altura Marvel Studios ahora que se produce sus propias películas? ¿Podrá Jon Favreau dar vida de forma decente al vengador de hierro?


Las respuestas en nuestro review.


Iron-man ha sido siempre uno de los buques insignia de la Marvel, gracias a los lápices y pinceles de Stan Lee y Jack Kirby, y ha sido uno de los personajes de cómic que han tenido mayor relevancia en los últimos tiempos en el universo de la Casa de las Ideas, sobretodo gracias al macro evento comiquero que muchos ya conocéis: la Civil War. Pero echando a un lado a los compradores habituales de comic books, el hombre de hierro no es que sea uno de los superhéroes más conocidos por la audiencia mainstream.


Esto complica las cosas a la hora de adaptarlo a la pantalla grande, ya que un personaje con tanta historia (casi 40 años) ha tocado ya gran variedad de temas que resultan más que relevantes: la conciencia, la identidad secreta, la venta de armas y militarismo, el capitalismo, el alcoholismo,… Son muchas cosas que el público debe saber a la hora de empatizar con el superhéroe y su alter-ego Tony Stark; y por supuesto hay que mezclar todo esto con buenas dosis de acción y de humor en una película para que la gente no se aburra. Por suerte, Favreau y los guionistas Mark Fergus y Hawk Ostby han sabido tocar las teclas adecuadas.


Iron-man es capaz de mezclar todos los ingredientes necesarios y salir victoriosa, sobretodo gracias a una excelente elección de los actores, un ritmo que nunca decae y unos fabulosos efectos especiales cuyos gráficos por ordenador son casi imposibles de discernir de los efectos prácticos y animatrónicos. Estos últimos cortesía de la ILM de Lucas y del Stan Winston Studio, que para los que no los conozcan dieron vida a ciertos reptiles prehistóricos en una película del director de Indiana Jones…


De entre los actores, el que más destaca es, como no podía ser de otra forma, Robert Downey Jr. en el papel protagonista, que lleva todo el peso de la historia en esta película y aún así es capaz de no caer gordo al espectador. El egocéntrico, playboy y perfeccionista fabricante de armas Tony Stark le viene como anillo al dedo, y su simpatía hará las delicias de los espectadores. Eso sí, su evolución en el guión no es muy clara, y aunque se ve un punto y aparte en el personaje, la película no subraya demasiado el tema en concreto por el que se vuelve superhéroe, que no es otro que el descubrimiento de que sus armas no sólo sirven a la defensa de su país. Quizás Favreau quería ir al grano en esta primera parte para luego profundizar más, quién sabe…


Los demás: Jeff Bridges, Gwyneth Paltrow y Terrence Howard están más que correctos en sus respectivos papeles, ya que aunque en la mayoría de los casos se nota que son arquetipos, sus actuaciones y la manera en la que éstos se desarrollan en la trama les dan dignidad gracias a una segunda dimensión. El ejemplo del personaje de Paltrow, Pepper Potts es uno de los ejemplos más claros, ya que al contrario que en muchas adaptaciones de superhéroes, el personaje femenino no va a servir meramente de “doncella en peligro” o de “interés amoroso”, por lo que se reducen algo más los tópicos en esta película.


En cuanto al aspecto estético de la película y dejando aparte a los casi perfectos efectos especiales, decir que la escenografía y la dirección de fotografía están muy conseguidas, y que es muy de agradecer ver cambios tan notables en distintos puntos de la historia. Al contrario de lo que sucede en Spider-man donde solamente podemos regocijarnos de lo increíble que es Nueva York, en Iron-man vamos desde tremendos y brillantes edificios futuristas hasta poblaciones en guerra llenas de ceniza en suspensión de algún lugar de Afganistán. Pero lo que es una auténtica delicia son los diseños de los tres trajes que el héroe llevará en la historia: el aparatoso y kirbyesco Mark I, el cromado y veloz Mark II y el icónico y perfeccionado Mark III; cada espectador tendrá un traje favorito, os lo aseguro. Eso si son capaces de decidirse por uno.


La historia, como he comentado más arriba apenas nos deja un respiro, y si bien la aparición del Iron-man definitivo no se deja ver hasta el último acto de la película (así como el villano Iron Monger), el personaje de Stark nos tiene tan cogidos hasta que eso ocurra que no nos importa. Desde sus fiestecillas y excentricidades del comienzo de la historia hasta su devota “marginación” a su garaje privado para crear la armadura, en la que ayudará su mayordomo virtual Jarvis. El proceso es rápido pero interesante, y no le faltan sus pizcas de humor para arrancarnos una carcajada de vez en cuando, como cuando mantiene “conversaciones” con los robots que le ayudan a construir el traje. Por otra parte, la historia está plagada de referencias al cómic, desde la primera aparición hasta alguna conversación sacada de números más recientes como el arco argumental “Extremis” en la que el hombre de hierro se pone su armadura más moderna. Atención también a la aparición del cuerpo gubernamental S.H.I.E.L.D. (que en español está traducido como Escudo), ya que podría dar juego en siguientes continuaciones.


La película en conjunto resulta finalmente más que entretenida, ya que aunque hay grandes dosis de humor y de acción y la historia fluye rápida y naturalmente, el director y los actores se toman seriamente lo que esta película tiene que contar, por lo que podría decirse que está entre las mejores aportaciones al género. Aún así, sería mentira si dijera que es la mejor adaptación de superhéroes (ni siquiera de la Marvel), ya que ese puesto está reservado para películas que no sólo se toman la molestia de entretenernos y de tomarse en serio, si no que son capaces de profundizar más en los personajes y los temas que presentan. Películas en las que tememos por los protagonistas y sus aliados y cuyos antagonistas nos suscitan odio y admiración a partes iguales. Películas que son capaces de hacerte reír y llorar en el transcurso de dos horas. Películas como Batman Begins y Spider-man.

Entonces, ¿vale la pena Iron-man? Por supuesto que sí, y de hecho es de lo mejorcito que se puede ver estos días en la pantalla grande y una excelente adición al panteón películero de superhéroes que ya promete para su siguiente parte.


¡Ah! Por cierto, ni se os ocurra moveros de la butaca hasta que no os traguéis los créditos, que la escenita que viene después vale su peso en oro...


2 comentarios:

silentlau dijo...

Esta película ha ido más allá de mis expectativas y me ha dejado completamente impresionada. No es en absoluto pretenciosa, todo lo contrario, se nos muestra con gran humildad. Yo sí veo una clara evolución en Starks y motivación para convertirse en Iron Man. Una película muy sorprendente y recomendable, de verdad. Y como bien se dijo, la segunda parte pinta aún mejor que ésta.

enaga dijo...

confieso que de Tony Stark no sabía demasiado salvo por la poca información que habia obtenido en un par de cómics y lo que fuí descubriendo a raiz de saber que se iba a estrenar la peli.a pesar de esto y con motivo de Civil War redescubrí este personaje y su increíble armadura.(acojonante en la peli).a mí personalmente me ha encantado la peli y ya estoy esperando que la saquen en dvd... este verano pinta.....