lunes, marzo 24, 2008
REVIEW: 10.000
Roland Emmerich director de películas "a lo grande" como Independence Day o El Día de Mañana, vuelve con una nueva historia llena de aventuras en la que mamuts y leones dientes de sable están a la orden del día.
¿Podrán los protagonistas, al igual que los espectadores, enfrentarse a esas bestias y salir ilesos?
Llevo oyendo cosas de esta película desde hará cosa de un año, pero al contrario que con otras muchas películas que bombardeaban a los internautas y amantes del cine en general que contaban con marketing viral y promos espectaculares, 10.000 parecía más un rumor que un proyecto en plena producción. Es como si estuviera cociéndose sabiendo que a nadie le importaba. Sólo había algo que me llamaba la atención, su director, el germano Roland Emmerich que volvía al ruedo después de la entretenida y ecologista El Día de Mañana.
Pues bien, la película ya se ha plantado en los cines de medio mundo y parece no irle mal en la taquilla, probablemente por parecer una especie de respuesta (o de réplica) a los que disfrutaron de 300 hará cosa de un año. Pero lo cierto es que todo parecido con la obra basada en el cómic de Frank Miller es pura casualidad, y desde luego, una vez que se ve la película es casi inexistente. ¿De qué va 10.000 entonces?
D'Leh es un miembro de una tribu de hombres prehistóricos dedicados a la caza de mamuts, pero con el tiempo, el número de esta gran bestia va disminuyendo, por lo que su gente comienza a sufrir hambre y pobreza. Por si fuera poco, un día aparece Evolet, una niña de intensos ojos azules de la que la hechicera de la tribu hace un mal presagio que por otra parte significará un nuevo comienzo para su gente. Con el tiempo, D'Leh y Evolet se hacen adultos y el amor va creciendo cada vez más en ellos, pero todo se va al traste cuando unos violentos "demonios de cuatro patas" aparecen para llevársela junto con otros hombres del poblado. D'Leh tendrá que embarcarse en la búsqueda de Evolet acompañado de sus compañeros de caza para enfrentarse a lo que hay más allá del lugar donde vivía, enfrentándose a bestias y guerreros para llegar hasta su amada.
Así a primera vista la historia no es nada del otro mundo. Lo cierto es que original no es, pero lo que sí hay que tener en cuenta a la hora de ver la película es no tomársela como documento histórico. Las tribus que aparecen en el film son todas ficticias, ya que están retratadas de una manera más cercana al cómic pulp, al estilo de Hace un Millón de Años de Harryhausen. De hecho, hubiera estado bien que también hablaran con gruñidos ininteligibles. Más tarde conoceremos una civilización que fabrica pirámides y que por supuesto no son los egipcios y las hacen gracias a esclavos y mamuts, una prueba más de que a cualquiera que buscara ver un verismo histórico en la película se tirará de los pelos.
Pero el problema de esta película no es la supuesta base histórica que es manejada a antojo de los guionistas (el propio Emmerich y el músico Harald Kloser firman la historia), sino que aunque desde el comienzo se sitúan en el lado más pulp de historieta, en ningún momento quieren exagerar el realismo para ofrecer algo más. Esto va a ser lo que haga que 10.000 siempre parezca que vaya a medio fuelle. Podían haber metido dinosaurios, pero preferían quedarse con bestias prehistóricas contemporáneas al hombre, podían haber afinado más la acción, pero nunca llega a épica. Incluso en el tercer acto de la película, cuando conocemos algo más de la civilización perdida, nos llegan a sugerir que los que la fundaron podían haber venido de las estrellas o incluso de una antigua tierra tragada por el mar. Todo esto para finalmente darnos la idea de cómo el hombre siempre ha sido manejable por el lado de la superstición, lo que no está mal como mensaje y que incluso se puede extrapolar a nuestros días, pero la forma en la que es mostrada en la película ralla lo anecdótico y no es explorado con fuerza en más momentos de la historia.
Pero nuestro amigo Roland siempre ha sido un buen orquestador en cuanto a lo visual en una película, y desde luego las escenas que aparecen en el film son algo más que correctas, pero no llegan a ese nivel de dejar la boca abierta como en los anteriores trabajos del director. ¿O quién no recuerda esa nave alienígena destruyendo la Casa Blanca, Godzilla saltando entre los cañones de los rascacielos de Manhattan o el gran Tsunami que azota Nueva York? La primera cacería de mamuts desde luego vale la pena experimentarse en pantalla grande, pero no supone nada nuevo que no se haya visto ya. Lo mismo ocurre con las escenas de las aves terribles o del esmilodonte. Los efectos son "Top Notch" como dirían los yankis, pero le falta fuerza al contenido. Y eso es lo que quizás me apena más de esta película: tiene grandes momentos y grandes ideas, pero al final todo se queda a medio camino.
No es una película insultantemente mala, ni tampoco una de esas que quedan (aunque sea uno de sus momentos) para la posteridad, pero desde luego es entretenida y no creo que nadie salga del cine pidiendo que le devuelvan sus "dineros". Pero para ser de Roland Emmerich yo esperaba algo más grande.
Publicado por Unknown en 7:04 p. m.
Etiquetas: Películas
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1 comentario:
A mi me gustó mucho, aunque de nuevo, sin pasarse.
Es una peli que recomiendo a todo el mundo que tenga ganas de ver una peli en el cine y no haya nada bueno. Lo vas a pasar bien...
... y vas a ver Mamuts.
Desde mi punto de vista: Buena.
Vamos, que la volvería a ver sin problemas.
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