domingo, mayo 03, 2009
REVIEW: X-MEN ORIGENES: LOBEZNO
Por fin el hombre X por excelencia tiene su propia película. ¡Nada de compartir cartel con ese calvo inválido y su panda de sectarios! Lobezno más desatado que nunca…
Ahora la cuestión es si su película es tan salvaje como para proclamarla la mejor de la saga o si es mejor ponerle bozal…
Suelo tener un problema con las reviews de obras tanto cinematográficas como de otros medios bien considerados como los cómics y los videojuegos (¡je!), y es que normalmente el crítico está en una situación de poder tan alejada de los mortales que en muchas ocasiones ni siquiera se preocupa en documentarse sobre lo que habla. En mi caso, por mucho que sea “el increíble amo y señor de este blog de la subcultura”, os tengo que confesar que no estoy muy puesto en los X-Men… Sus aventuras sobre el papel nunca me llamaron la atención, no lo consiguieron las excelentes historias de Claremont, ni siquiera la etapa de mi adorado Frank Miller de Lobezno; y lo que más recuerdo de la tan de culto serie de animación de los noventa es la musiquilla del principio y la no precisamente “aterciopelada” voz del personaje que nos ocupa.
Pero sí que es cierto que cuando estrenaron la película empezó a bullir en mí una curiosidad considerable… Ya sea porque fue quizás una de las pioneras de las películas superheroicas o porque los coloristas personajes de los tebeos ganan enteros cuando son tratados seriamente, lo cierto es que pagué por ver X-Men el día del estreno. En aquél día, disfruté de la película como un enano, sobretodo cuando por ver que cierto tipo de historias pueden ser llevadas al cine con un respeto total al material base y haciendo que uno se encariñe de los personajes. Es verdad que viéndola ahora percibo una falta bastante seria de espectacularidad, y que el ritmo lento de Bryan Singer a veces me hace soltar algún bostezo, pero son fallos pequeños que desde luego no destruyen el lienzo total que Singer nos regaló a los amantes de los superhéroes.
Por supuesto, la Fox vio que el negocio era rentable y embarcó de nuevo a los responsables del éxito en la secuela. El director Brian Singer, las estrellas Hale Berry, Ian McKellen y Patrick Stewart volvían en X-Men 2, aunque quedó patente en el film original que el centro de toda atención del público no era otro que nuestro mutante favorito con esqueleto de adamantium. Y el actor que le encarnaba, Hugh Jackman, comenzó su escalada hacia el firmamento hollywoodiense. Poco hay que decir de esta estupenda secuela, ya que el hinchado presupuesto le dio al director la fuerza de la que carecía la original, y consiguió de nuevo que una cinta coral tuviera personajes interesantes de los que preocuparnos. La tercera parte continuaría con el estilo de las dos primeras, pero al perder a Singer como director a favor de Superman Returns (un desperdicio para un servidor), se notó la mejora en el tema de la acción, pero un bajón terrible en cuanto a historia se refiere, sobretodo porque los personajes perdían fuelle. Ésta última se convirtió en una especie de entrega apócrifa para los fans, que centraban todo su odio en el nuevo director escogido, Brett Ratner, conocido por la serie de Hora Punta.
Pasan los años, y tras los millones totales recaudados por las películas basadas en personajes de la factoría Marvel, los de la Fox se agarran a la franquicia que lo empezó todo (con respeto de Blade), y deciden centrarla en el protagonista por excelencia de todo el cotarro mutante, aunque curiosamente no es que fuera el primero que apareciese en los cómics originales de Stan Lee. Está claro que después de los bombazos que resultaron ser las adaptaciones de Iron Man y Batman el año pasado, la Fox tenía que soltar la artillería pesada. Pero como viene demostrando el estudio australiano en los últimos años, las franquicias para ellos no tienen mayor valor que la pasta que puedan sacar las primeras semanas tras el movimiento de la maquinaria de marketing. Así, Lobezno, pese a contar con la producción de Richard Donner y el propio Jackman, no cuenta con el mismo grado de reverencia al material original con las que contaban sus antecesoras.
Con esto último no estoy diciendo que tal o cual personaje debería llevar unas mallas de tal color, o que no-sé-quién tiene debe tener un acento más de tal sitio; recordad que al principio he dicho que no controlo mucho sobre la mitología mutante. Lo que tenían que haber hecho desde el comienzo es respetar el carácter de cada personaje y ser coherente con lo contado. Tristemente, esta película no cuenta con lo que acabo de decir.
Y eso que Hugh Jackman está acertadísimo en el personaje que le lanzó a la fama, e incluso la película no llega a aburrir en ninguno de los 107 minutos que dura, pero el que vaya rápido y ligero no quiere decir que el film sea bueno. De hecho, el ritmo de la película, junto al hecho de que han querido incluir innumerables cosas en el tiempo que tenían, son los errores más notables de esta cinta. Los productores y el director han sido tan ambiciosos en cuanto al material y número de personajes, que ninguno de éstos tiene peso en la trama, ni siquiera los más importantes. También se echan de menos esos momentos en los que el protagonista “se para” un poco, sobretodo después de tanta acción, para así darle algo de exposición al protagonista. Pero aunque parece que hay un par de momentos en los que ocurre, el frenético e implacable ritmo hace que sean anecdóticos y no lleguen a nada, privándonos de un poco de exploración en la psique del personaje. Esto es muy evidente en la escena en la que Logan es “adoptado” por un matrimonio mayor del estilo de los Kent en Superman. Si la escena dura más de 5 minutos, ya es mucho.
Otro ejemplo claro es la impresionante secuencia de títulos de créditos en la que vemos a Logan y a Victor Creed (Dientes de Sable para los colegas) luchar en las guerras más importantes del último siglo. Tras ésta, uno se pregunta qué hubiese pasado con la película si se parasen y empezaran a contar las motivaciones de los personajes y vivir de primera mano cómo se ve a los mutantes en esas épocas tan diferentes. Además está el tema de que son canadienses, y sin embargo luchan como unos auténticos patriotas en los ejércitos de los estadounidenses… ¿Es porque reniegan de su tierra por lo que les ocurrió siendo niños? ¿Es porque la “Tierra de las Oportunidades” les abrazó y les dio una nueva identidad para empezar de nuevo? ¿O es simplemente porque son unos animales que necesitan vivir en una matanza constante? En ningún momento se adentran en lo que sienten los protagonistas, por lo que el espectador sólo puede quitarse el pensamiento de la cabeza y pensar “¡Ah! ¡Qué escenas más chulas!”. Pero cuando secuencia tras secuencia, uno no deja de preguntarse los “por qués” de las cosas, ni la acción más adrenalínica te puede quitar esa sensación de decepción debido a que en ningún momento los personajes te importan un carajo.
Hablando de la acción, el oscarizado Gavin Hood (director de Tsotsi) es un cineasta acostumbrado a las películas con alto contenido dramático, no de entretenimiento palomitero, y esto pasa factura. Lo más seguro es que la Fox lo cogiera para dotar en principio de mayor bagaje a las historias y a los personajes. Irónicamente, X-Men Orígenes: Lobezno se transforma en una película de serie B en la que lo que menos importa es la trama, aunque justamente es lo que los espectadores están buscando en la cinta, ¿porque si no para qué haces una precuela sobre un personaje que perdió la memoria? Y siendo una película declaradamente activa y de espectáculo, ¿por qué cogen a un director de dramas que no tiene ni idea de dirigir coreografías de lucha? ¿Y por qué los efectos especiales, en un film de 140 millones de dólares, son tan cutres como algunas series de TV? Errores sin sentido que provocan que en una película de acción, las escenas moviditas no valgan un duro y por supuesto no se queden grabadas en la mente del público.
Claro que siempre quedan los cameos de nuestros mutantes favoritos… aunque sólo se quede en eso, cameos. Desde Mole hasta Marta Plateada, ninguno de estos personajes sirve para nada, y ni siquiera es que sus habilidades sean vistosas o sorprendentes. Llama la atención como se desaprovecha el equipo de mutantes mercenarios de Stryker en el primer tercio del film, con un divertido Ryan Reynolds haciendo de Wade o con la aparición del Agente Zero, que tras una escena bastante movidita, tira a todos estos personajes por el retrete para no hacer nada más interesante con ellos. Quizás uno de los secundarios más atractivos de los que aparecen en la película es el favorito de los fans Gambito, debido a que su personalidad de tío chulo y descarado queda bastante bien plasmada. Aún así, la escena de pelea en la que acaban metiéndolo es bastante cortita, por no hablar que los motivos que le llevan a pelear son estúpidos. Habrá quien diga que el mejor de todos es justamente Victor Creed, un personaje brutal que sin embargo tiene un vínculo especial con Logan, ya que son hermanos. Pero aunque no dejan de repetirse que “los hermanos deben cuidarse el uno al otro”, lo único que hacen es pelearse para luego quedar como Goku y Vegeta, en plan “somos amigos, pero sólo yo puedo acabar matándote”, cosa que junto al aspecto totalmente diferente que tiene en esta entrega, no casa nada de nada con la encarnación de Dientes de Sable en la primera película de la saga. Por no hablar que el doblaje que le han puesto en español hace que parezca que en cualquier momento va a soltar un chiste, ya que es una voz que pega más con actores cómicos que malvados, la verdad.
Y poco más puedo decir, porque aunque podría meterme ya en terreno de spoilers (prefiero no hacer comentarios con lo que hacen con “cierto personaje” en la pelea final), lo cierto es que los motivos que me llevan a decir que la película me ha decepcionado están ya expuestos. Si os gustan mucho estos personajes y sus cómics, es posible que os gusten algunas cosas que salen directamente de algunas de sus mejores historias impresas, aunque también es probable que aulléis con otras muchas, por mucho que todos amemos a Hugh Jackman. Si ni siquiera este es el caso, recomiendo que sólo se vaya a ver esta película al cine si uno busca entretenimiento descerebrado sin muchas complicaciones y para verle el culo a Hugh, claro. Por lo demás, una pena…
Publicado por Unknown en 7:00 p. m.
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1 comentario:
7'20 lerus tiraos a la x-basura...
hacia tiempo que no salia con esta sensación del cine, y eso que fui a ver dragon ball... Yo diria que quien no la haya visto que se la baje. Te ahorras el dinero, y no notas tanto los cutre efectos. Y tampoco es tan espectacular como para verla en la sala 25 del kinepolis.
Que peli mas tonta por dios...
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